Imma Remolins, nutricionista

20 de Mayo 2020

1/ Vivimos en una sociedad donde la estética y la belleza son las reinas e incluso hay personas dispuestas a arriesgar su salud para cumplir ciertos cánones. ¿Crees que en los últimos años esta cuestión se ha generalizado, tanto en hombres como mujeres? Las dietas y las cremas ya no son sólo para ellas, ¿verdad? 

No creo que el hecho de querer seguir una dieta equilibrada y mantener el peso sea solo una cuestión estética, la sociedad actual es consciente de que de ello depende su salud. En los últimos años el interés por seguir hábitos de vida saludables se ha generalizado, en todos los aspectos, también desde el punto de vista nutricional. 

Uno de los factores por los que ha aumentado la esperanza de vida en los países desarrollados es por el cambio de hábitos: dejar de fumar, realizar ejercicio de forma regular y, por supuesto, cuidar la alimentación. 

2/ Durante las primeras semanas del confinamiento se agotaron las harinas, las levaduras y la comida enlatada en los supermercados. También aumentó el consumo de bebidas alcohólicas y aperitivos. Más allá del ocio en casa o del miedo a la falta de suministros, ¿crees que este tipo de alimentación podría relacionarse con los síntomas de la ansiedad? 

Creo que es más por un instinto de supervivencia. Ante una alarma social el individuo, de forma instintiva, tiende a almacenar productos básicos. También productos fácilmente almacenables y no perecederos, puesto que no se sabía cuánto tiempo duraría la situación. 

En los primeros días hubo problemas de abastecimiento de algunos productos aunque no todos fueran de uso alimentario (papel higiénico, jabón, desinfectantes, productos enlatados, harinas y levaduras). Estos últimos para poder elaborar algo tan básico e imprescindible como el pan. 

3/ Muchos de los alimentos anteriores contienen altos índices de azúcar, ¿pueden convertirse en costumbre y más adelante derivar en serios problemas de salud? 

Todos los productos que contienen azúcar, Glúcidos o Carbohidratos en exceso originan sobrepeso y obesidad, a no ser que se realice un ejercicio físico intenso. 

Desgraciadamente en nuestra sociedad se ingieren muchos glúcidos y se hace poco ejercicio. Esto se agrava con el confinamiento. Puede que en algunas personas haya habido un incremento en el peso; pero, como no ha sido un período demasiado lago, esto es reversible. Similar a unas vacaciones o a un reposo por algún traumatismo. 

«El peso ideal se consigue con una dieta equilibrada, independientemente del ejercicio físico (…) El ejercicio tiene otras propiedades, pero para conseguir el peso objetivo a base de ejercicio, sin dieta, es imposible.»

4/ Por otro lado, a medida que han pasado los días, parece que hemos tomado consciencia de nuestra salud y compramos más alimento fresco. También de repente todos somos deportistas de élite. ¿Cuál es tu opinión acerca de esta obsesión por estar sano de repente? ¿Piensas que la gente mantendrá estos hábitos más allá de la crisis sanitaria?

 Puede que para algunos sea una obsesión, por lo que vemos en la consulta diaria estos son una minoría. En general la población actual es consciente de que si mejora los hábitos, mejora la calidad de vida. Creo que esto es muy positivo, podríamos decir que hemos llegado a una madurez de la sociedad. 

Aunque todavía hace falta una labor pedagógica importante para no caer en campañas publicitarias que promueven substancias calificándolas de saludables. O la clasificación de los alimentos como buenos y malos. Los alimentos son necesarios para el organismo pero lo que es bueno para alguien, puedes ser malo para otra persona y viceversa. 

Cada individuo precisa un aporte de nutrientes individualizado según, sexo, edad, tipo de trabajo y/o ejercicio, estado de salud, etc.

5/ ¿Cuáles son tus recomendaciones para lograr un peso ideal? Sobretodo ahora que se acerca el verano y queremos vernos bien: dieta, deporte, tratamientos de estética, etc.

El peso ideal se consigue con una dieta equilibrada, independientemente del ejercicio físico, no todo el mundo puede realizarlo. El ejercicio tiene otras propiedades, pero para conseguir el peso objetivo a base de ejercicio, sin dieta, es imposible. 

La dieta debe adaptarse a cada individuo y seguirla siempre, haciendo los cambios pertinentes en las diferentes situaciones fisiológicas (embarazo, lactancia) o patológicas que vayan sucediéndose. 

Hacer una dieta rápida porque llega el verano solo nos puede conducir a situaciones de desequilibrio nutricional y a un efecto rebote una vez pase la estación. Esto, además de problemas de salud, nos puede afectar desde el punto de vista psicológico al ver que el esfuerzo no ha servido para nada. 

Con una nutrición equilibrada no solamente logramos el peso ideal, sino que mejoramos el estado físico y aumentamos nuestro sistema inmunitario frente a muchas enfermedades. 

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